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LA PALABRA DE LA DISCORDIA

         Vivimos en un mundo donde lo más importante es destacar por algo, bien sea poder, dinero, prestigio social…
         Vivimos en un mundo en el que constantemente cambiamos nuestros esquemas mentales por las diferentes opiniones que mucha gente tiene. Hay veces que nos dejamos llevar por la opinión de un cierto sector de la sociedad que nos dice cómo debemos vestir, cómo debe ser nuestra actitud ante ciertos acontecimientos o bien ante la misma creencia, incluso la sociedad nos marca las pautas de vida (Cómo vestir, qué tipo de ropa vestimos, con qué clase de hombre o mujer debemos estar, cómo debemos pensar ante la religión, cómo debemos pensar cada vez que pensamos…)
         Realmente podemos decir que somos libres ¿no?.
Cuando Jesús viene al mundo es un hombre que está en contra de las injusticias, de la violencia, de las ideas absurdas y competitivas que la sociedad está emitiendo a todas horas, y a ese que predica en contra de lo establecido hay que cargárselo.
         Nosotros estamos llenos de vida, estamos vivos y llevamos la bandera, el estandarte de Jesús de Nazaret, es normal que se nos vea mal, la sociedad quiere que no seamos especiales, quiere condenarnos a vivir como el resto del mundo. Pero en la punta de nuestro estandarte no hay bellas flores sino una espada y muy poderosa, porque Jesús así lo quiso, quiso que lucháramos por un mundo nuevo, porque su mensaje se extendiera y que nuestras voces se alzaran al cielo denunciando todo lo que no considerara a los hombres como hermanos.
         Somos privilegiados porque Jesús ha contado con nosotros para llevar su antorcha, para alumbrar caminos a otros que no pueden ver por donde van, nos ha dado la fuerza suficiente para cargar con el peso de los demás y reconfortarlos sin esperar nada a cambio. Somos sus ayudantes en la tierra, todo es posible hacerlo porque sabemos quién es el que está detrás de todo. No hay nada imposible, solo hay un posible obstáculo, nosotros y cada uno.
8  Comentario de ideas generales.
8  ¿Dónde está la espada de Jesús en nuestra vida?
8  ¿Cuáles son las actitudes concretas a las que deberíamos renunciar?
8  ¿Cuál es el primer paso?

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